Bob Dylan – Blood On The Tracks. Columbia, 1975
Ahora entiendo lo que debe sentir un naufrago que se encuentra viajando en una pequeña balsa por mitad del océano. Tiene una brújula y un remo: sabe en que dirección debe ir y tiene un medio para impulsarse. Pero la amplitud y grandiosidad de la extensión que se abre ante él le abruma hasta el punto de que esta apunto de renunciar y dejarse llevar por la corriente. De todos los capítulos de ‘Dioses y Monstruos’ este es probablemente el más difícil. Más incluso que el de The Beatles o Frank Zappa. Si sobre estos se han emborronado millones de cuartillas, que decir de lo que se ha escrito sobre el judío errante. Sigue leyendo